Una argolla de matrimonio es algo que llevarás durante muchos años, y si dios quiere, durante toda la vida. Es por eso que es muy importante que sigas las siguientes reglas a la hora de elegir y cuidar tu anillo, algo muy importante en la vida de una mujer.
Reduce tus opciones
Debido a que esta es una delas pocas piezas -si no la única pieza- de joyería que comprarás junto a tu pareja y la usarás todos los días, toma algunas decisiones preliminares antes de llegar a las tiendas.
¿Qué tono de metal te interesa, amarillo o blanco? ¿Estás interesada en algo sencillo o algo por encima de la media? Responde a esas simples preguntas antes de lanzarte a la aventura.
Comienza tu búsqueda con antelación
Una vez que tienes una idea básica de lo que quieres, sal a las tiendas de joyería. Date al menos dos meses para navegar, investigar, mirar los precios y apuntar los anillos que más te llaman la atención. Además es buena idea si quieres algún encargo especial, como por ejemplo un grabado, ya que pueden tardar incluso hasta un mes.
Se diferente
No te preocupes si te gusta el platino, siempre y cuando a tu pareja le guste el amarillento oro. Las argollas de matrimonio quedan mejor si cada pareja lleva uno diferente, únicamente debéis fijaros en vuestros gustos a la hora de escogerlo, aunque cosas como las inscripciones sí deben coincidir.
Establece un presupuesto
Normalmente algo como un anillo de 14 quilates de oro puede costar en torno a los 300€, y unas simples argollas de platino pueden costar sobre los 600€, y ya ni hablar si les añadimos un diamante, es por eso que debes establecer un presupuesto, para mantenerlo todo bajo control.
Se práctica
De nada vale comprar algo si luego debido a tu estilo de vida te vas a tener que quitar porque te hace sentirte incómoda en todo momento, además esto aumenta las posibilidades de que lo pierdas. Debes recordar que usarás las argollas durante toda la vida, por lo que lo mejor es elegir algo que se adapte a tu estilo de vida.
Piensa a largo plazo
No temas no estar a la moda, pero asegúrate de que la argolla de matrimonio que elijas te seguirá gustando en un mes y dentro de 20 años.
Ten en cuenta la calidad
Esto se aplica a todos los anillos, pero vale la pena repetirlo aquí. Asegúrate de que las alianzas de boda tienen dos marcas dentro de la banda: la marca del fabricante (demuestra que están detrás de su trabajo) y la marca de calidad (24K o PLAT, por ejemplo, demuestra que es lo que ellos dicen que es). Si el anillo se compone de dos o más metales, asegúrate de que hay una marca de calidad para cada uno.
Límpialo a menudo
La limpieza de tus anillos de boda es un juego de niños. Para un anillo sin piedras preciosas, simplemente frótalo con un paño suave y sin pelusas. Si tu anillo de bodas tiene piedras, lava y remójalo en agua tibia jabonosa, a continuación cepíllalo con un cepillo de dientes suave, enjuaga y seca con un paño suave y sin pelusa.
Protege tu inversión
Sí, los metales, incluso el platino, son vulnerables. Evita usar tu anillo al hacer un trabajo físico o deporte, y también cuando se trabaja con cloro concentrado, que se encuentra los productos de limpieza químicos y desinfectantes de piscina (que pueden causar picaduras o decoloración en la banda). Los abollones y arañazos son más evidentes en acabados mate y afectan con mayor facilidad al platino, que es más suave que el oro blanco o amarillo en la superficie pero más duradero en general. Afortunadamente, es fácil que tu joyero pueda volver a aplicar o cambiar el acabado o recubrimiento en tu anillo para restaurar su antigua gloria.
Mantenlo seguro
Te sorprenderías (y probablemente te daría un poco de miedo) de lo fácil que es perder tu anillo. Con suerte, has elegido algo que rara vez te tienes que quitar. Cuando a pesar de todo tienes que pasar a la acción, ponlo en un lugar designado, para que siempre sepas dónde está (los bolsillos no cuentan), y nunca cerca de un fregadero. ¿El momento más peligroso para quitar tu anillo de bodas? Cuando estás lejos de casa. Es entonces cuando los anillos son más probables a que se pierdan o se dejen olvidados.
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